El pan que yo tiré, la mano que no di, el agua que arrojé, la puerta que no abrí, la flor que no miré, las almas que afligí, todo lo que negué, hoy esta frente a mí. La voz que no escuché, lo que jamás cumplí, las penas que sembré, lo que no defendí, los sueños que maté, lo que jamás sentí, todo lo que negué, hoy esta frente a mí.
Frente a mí tengo una cruz y el camino de un calvario, doce sombras le dan luz y en la cruz hay dos esclavos. Es la misma negra cruz que yo hice con mis manos y hoy, en son de gratitud, me devuelven mis hermanos.
A quien pedir amor, si yo jamás lo di, si yo sembré dolor, que espero para mí, a quién pedir perdón, si a nadie perdoné, me niegan con razón, todo lo que negué. A quién pedir piedad, si nunca la sentí, a quién pedir bondad, si no la conocí, quien me va a llorar, cuando en la cruz esté, si sólo habrá de estar, todo lo que negué.