No mientas te lo ruego, dejame te lo pido, dejame que yo siga viviendo como estoy. Bastante mal me has hecho, bastante ya he sufrido, habiéndote querido con todo el corazón. No es cierto, no me quieres, no bajes la cabeza, yo se que son de pena los besos que me das. Alguno te habrá dicho, se muere de tristeza, por eso es que has venido, de lástima nomás.
Las noches que he pasado pensando que volvías, los días y los días, así, con mi dolor. Entonces con las manos apretando el corazón, lloraba y te llamaba, en mi desesperación. Hoy vuelves, pero tarde, y mientes todavía, qué infame y qué cobarde, te ensañas con mi vida, que es una maldición.
No sigas, no comprendes, que oírte me hace daño, que me hieren tus palabras, lo mismo que un puñal. Ahora te arrepientes, después de todo un año, que pudo tu cariño, ahorrarme tanto mal. Dejame, no te acerques, no ves como me miras, que pena hay en tus ojos, que enorme compasión. Alguno te habrá dicho, tal vez una mentira, que alegre todavía tu pobre corazón.