En el principio de los tiempos fuimos el verso que olvidó su nombre Te vi y te soñé, me hice polvo y hasta el fin de la galaxia te olvidé Y encarnó en el tiempo aquel el ser divino que fuimos alguna vez
Y fui madera, fui canto, fui ruiseñor Para darme cuenta que era cuerpo Y se expandía mi conciencia por el mundo entero En donde estás tú
Y era la diosa, que se asomaba por mis ojos Para conversar con todo aquel Hombre mujer, pequeño ser Incluso aquel, incluso tú
Y entonces vi que había dos caminos, la justicia y el amor O el camino del horror La muerte, el caos el miedo, la tristeza y el dolor Y rompí la barrera, a dónde estás tú
Y fui la diosa, fui el tiempo, fui la realidad Tras el horizonte de sucesos La singularidad cuántica Ya no hay más vuelta atrás En este mundo que se agolpa que se aflige Se extingue y se dirige a los senderos de la vida real Sembrar sagrada esencia que nos traiga con urgencia a la realidad Que nos haga ver la diosa, la madre, la tierra Que viajaba por el universo y despertó Akná, la diosa, la madre, que despertó Akná, la tierra, la diosa, la madre Akná