Mi madre y yo lo plantamos en el límite del patio donde termina la casa. Fue mi padre quien lo trajo, yo tenía cinco años y él apenas una rama. Al llegar la primavera, abonamos bien la tierra y lo cubrimos de agua; con trocitos de madera, hicimos una barrera para que no se dañara.
Mi árbol brotó... mi infancia pasó... Hoy bajo su sombra que tanto creció... tenemos recuerdos mi árbol y yo.
Con el correr de los años, con los pantalones largos me llegó la adolescencia. Fue a la sombra de mi árbol, una siesta de verano, cuando perdí la inocencia. Luego fue tiempo de estudio, con regresos a menudo pero con plena conciencia que iniciaba un largo viaje, sólo de ida el pasaje y así me ganó la ausencia.
Mi árbol quedó y el tiempo pasó... Hoy bajo su sombra que tanto creció... tenemos recuerdos mi árbol y yo.
Muchos años han pasado y por fin he regresado a mi terruño querido. En el límite del patio, allí me estaba esperando, como se espera a un amigo. Parecía sonreírme, como queriendo decirme: ""Mira, estoy lleno de nidos""... Ese árbol que plantamos hace tantos, tantos años, siendo yo apenas un niño.
Aquel que brotó y el tiempo pasó.... Mitad de mi vida con él se quedó. Hoy bajo su sombra que tanto creció.... Tenemos recuerdos... Mi árbol y yo.
******************************************* J. C. M. P.