Desde que despertamos nos pertenece el mundo que vivimos con vino y nueces, con el yunque y la pluma, con guitarra y martillo, con el telar antiguo, con charango y cuchillo con la pluma y el fango, el número y la letra, las uvas de Neruda y las ballenas.
Toma mi mano, dame tu mano, hace ya tiempo que nos buscamos. Toma mi mano, dame tu mano, que ya es la hora de reencontrarnos.
Labrador abnegado, pastor silente, nombrador de la estrella, busca a tu gente, al que amasa los panes, al que cuida las flores, al que defiende el día de los hombres callados. Y júntalos a todos alrededor del fuego para que se den cuenta que el mundo es de ellos.
Toma mi mano, dame tu mano, hace ya tiempo que nos buscamos. Toma mi mano, dame tu mano, que ya es la hora de reencontrarnos.
Toma mi mano, dame tu mano, hace ya tiempo que nos buscamos. Toma mi mano, dame tu mano, que ya es la hora de reencontrarnos.
Compositores: Rodolfo Enrique Cabral, Jose Alberto Garcia Gallo ECAD: Obra #1390652