La helada era un manto blanco Cubriendo los pastizales Retozaban los baguales Buscando apurar el tranco
El sol asomaba franco Caldeando la serranía Yo salí de La María Por orden del capataz Iba con rumbo al Claraz Y en esa mañana fría
Pisando huellas de un carro Emponcha'o sobre mi oscuro Con los dedos medios duros Apenas si armé un cigarro
En un charquito con barro Metía barullo un hornero Cerca cantaba un jilguero Con tono muy afina'o Y hasta un carancho espanta'o Pegó su grito agorero
Los potros que iba llevando Overos de varios pelos Por delante y sin recelo Se iban como retozando Y cuando alguno pastando Se quedaba distraído El látigo del silbido Chasqueaba de maravilla Y se unía a la tropilla Y en un galope tendido
Repechando el medio día Pasé por una tapera Que de un tal Manieres fuera Almacén o pulpería
Un boca'o de carne fría Me lo mandé con galleta Lo tenía en la maleta Igual que una bota 'e vino Y así continué el camino Con la panza bien repleta
Seguía acortando distancia Y entre milonga silbada Con la tarde media echada Aparecí en La Numancia Sacrificio no es ganancia Me dije y desensillé Una giniebra tomé A la salud del patrón Y después de un galopón El tiempo recuperé
Con noche casi cerrada Tal vez un poco cansa'o Llegué, y al mesmo encarga'o Pude entregar la potrada
La cosa quedó arreglada Y ahí nomás como les digo Mi oscuro está de testigo Lo exigí porque es capaz Pa' churrasquear en Claraz En el rancho de un amigo