¡Chiche! ¡Moro! ¡Zaino!Vamos, pingos, por favor, que pa' subir el repecho no falta más que un tirón. ¡Zaino! ¡Chiche! ¡Moro! La barranca ya pasó, y por verla tengo apuro de llegar al corralón.
Y castigando muy suavemente sobre las ancas del cadenero, todas las tardes pasa el carrero peón de la tropa «El Picaflor». Va de compadre masticando un pucho, y un clavelito del color del ceibo lleva en la cinta de un chambergo como regalo de un corazón.
¡Moro! ¡Chiche! ¡Zaino! Y al llegar al corralón pega un chiflido de alerta y abre la china el portón. ¡Chiche! ¡Moro! ¡Zaino! Ya la tarde se apagó, pero en los ojos de ella ha vuelto a salir el sol.
Desata alegre la caballada, y tras la cena, corta y sencilla, pulsa la viola y un tango ensilla con el recuerdo de su canción.
¡Chiche! ¡Moro! ¡Zaino! La barranca se acabó, pero ya no tengo apuro de llegar al corralón.