No me tires con la tapa de la olla, porque se abolla por la mitad, ni me amague con la tapa ‘e la tinaja, Doña Tomasa, por caridad. Si yo quiero a la muchacha últimamente es conveniente que sepa usted, que ella ha sido la primera en provocarme y en insinuarme yo no sé qué...
Una vez dijo que no, después me dijo que sí y lo que al fin sucedió no se lo puedo repetir. La verdad del caso fue que si antes a otro engañó, a mí me mintió después y el asunto se acabó...
Pero yo por tan poquito no me enfado y la comprendo su pretensión del que tenga la virtud de la muchacha que no se emparcha reparación; a otro perro tírele con ese hueso que para eso no sirvo yo y prefiero que caer en esa trampa me pise un tranway de la estación...