Desperté y el silencio supo a ti y al abrir la ventana supe más supe que la mañana se podía recortar para enviarla en un sobre a donde sueles despertar qué maneras extrañas tengo para recordar.
Desperté y respirando comprendí que detrás de un milagro vienes tú hace tantos inviernos que no puedo rescatar al adiós que en el tiempo nos partió por la mitad tú del brazo del viento y yo mirándote volar.
Qué maravilla es poder sentirte aunque no estás siempre supe que en el viento te podías quedar.
Las historias hermosas son así nos prometen de lejos ser verdad le pedimos al tiempo que les traiga por acá y al final en un sueño suelen ser casualidad a la vuelta del corazón volvemos a empezar.
Como nube la dicha nos llovió sin saber hasta donde caminar y a tu mundo pequeño le inventaba una canción delicada y perfecta como alma de caracol tú dormiste y la luz después del día nos cegó.