Noche de luna, fin del verano como en un mágico cuento tu boca acercaste a mi. Beso tras beso, duende travieso con tus caricias me marcas a fuego el corazón y yo te sigo como en un sueño.
Cierras la puerta, arden mis venas y me alucina tu cuerpo desnudo tendido en cruz.
Fuera en la calle suenan sirenas mientras mis manos recorren tu espalda con lentitud y qué profundo llegan tus besos.
Ávidamente, duende impaciente, giras conmigo en tus brazos, y el tiempo se me olvidó. Dulces palabras, beso tras beso, vueltas y vueltas, se escapan las horas y sale el sol y de repente ya no te veo.
Al despertarme salgo a buscarte, mágico duende, yo sé que algún día te encontraré. Grito tu nombre, dejo mensajes, claves secretas te voy escribiendo en cada pared. Ven a buscarme en otro sueño.
Caen las hojas, llega el otoño, pero jamás se dará por vencido mi corazón. Corren los días, pasan los trenes y como duende en el metro escucho detrás tu voz que dulcemente dice "te quiero".
Y nuevamente, duende presente, como en un mágico cuento te miro y estás aquí Dulces palabras, beso tras beso, vueltas y vueltas, se escapan las horas y sale el sol y estás conmigo, como en mis sueños.