En lo alto de una montaña un águila me cruzó, me gritó: “Cuídate mucho, cuídate mucho, que en lo alto mando yo”.
Yo le dije: “Vente, amiga, vamos a conversar que con amenazas no me puedes asustar. El hombre es más fuerte con su ciencia y corazón, tú con la violencia desconoces la razón”.
En esas tierras de naiden un puma se me acercó, con el brillo de sus ojos, ay, de sus ojos, quiso infundirme temor.
Yo le dije: “Vente, amigo, vamos a conversar que con amenazas no me puedes asustar. El hombre es más fuerte con su ciencia y corazón, tú con la violencia desconoces la razón”.
Estando la mar hermosa, apareció un tiburón, sacó la lengua de gusto, lengua de gusto y me tirón un tarascón.
Yo le dije: “Vente, tiburón, a conversar que con tarascones no me puedes asustar. El hombre es más fuerte con su ciencia y corazón, tú con la violencia desconoces la razón”.
Estando un día en mi casa apareció otro animal, vestido todo de verde, todo de verde y sin cabeza pa’ pensar.
Yo le dije al verde: “Vente, vamos a conversar para ti es dificil pero vamos a tratar. El hombre es más fuerte con su ciencia y corazón tú con la violencia desconoces la razón”.