Como canario de ingenuo yo le pregunto a mi hermana: ¿Cuándo llegará el mañana, que se pueda regresar? ¿Dónde iremos a parar dando vueltas por el mundo? ella me mira profundo y me dice: hermano mío, como el agua de los ríos a la mar hemos de dar.
Yo me conformo esperando haciendo mis pobres versos, lamiendo cual perro el hueso de la verdad popular. Y a ver si aprendo a payar y así no pierdo mi tiempo, y mi lenguaje materno lo cuido como un tesoro, pa’ mí son pepitas de oro que guardo en este cuaderno.
Esperar siempre es difícil, sobre todo al la’o ajuera y aunque quieras o no quieras puertas tendrás que golpear. Unas se te abren sonriendo, otras mejor arrancar, unas te dicen ”m’hijito” y las otras ”criminal”. Que está dividí’o el mundo, es verdad universal.
Y así seguimos rodando, blancos, negros y amarillos, recorriendo los pasillos del edificio del mundo. Sobre todo si es profundo, pensamiento y posición pienso que esta situación no se arregla fácilmente. Hay que matar mucha gente y esa no es mi profesión.