Relatan la tr谩gica historia de un hombre que a su amada perdi贸. El destino en forma de muerte los separ贸. En su desesperaci贸n la quiso seguir, m谩s all谩 de la muerte. Anhel贸 su recuerdo y en su tristeza cant贸.
Los r铆os se detuvieron, las piedras de pena lloraron, y la tierra en que moraba se estremeci贸.
Compuso en su intenso dolor melod铆as que, como lamentos, estremecieron el coraz贸n de todo aquel ser que las escuch贸. Y rogando por recuperarla, una oportunidad se le dio.
Acallando almas y peligros con melanc贸licas notas de amor el t谩rtaro atraves贸. El propio dios conmovido le concedi贸 su petici贸n con una condici贸n.
Deber谩s ir primero, a tu amada no podr谩s mirar hasta traspasar de mi reino el umbral.
Acallando almas y peligros con melanc贸licas notas de amor el t谩rtaro atraves贸. El propio dios conmovido le concedi贸 su petici贸n con una condici贸n.
Deber谩s ir primero, a tu amada no podr谩s mirar hasta traspasar de mi reino el umbral.
De nuevo su coraz贸n lat铆a, pues su amada volver铆a, y juntos marcharon por la oscura senda. Pero al final de su camino, su confianza flaque贸, su coraz贸n dud贸.
Ante sus ojos se desvaneci贸. No hubo palabras de amor, s贸lo un adi贸s de sus labios brot贸. Sin pasi贸n ni dolor, s贸lo un 煤ltimo y triste adi贸s, suspir贸.