En una estrecha habitación de una casa vecinal hay un chico que finaliza un ritual.
Sus gestos tienen precisión haciendo honor a la ocasión porque son las tres de un domingo y él va a una mística reunión
Cuando sale del portal marcha con seguridad al encuentro de sus amigos cómplices
Agrupado en formación y con nueva identidad toma posesión del estadio mágico
Ahora se siente bien ahora podrá gritar Oh rey fútbol, mi señor, que se haga tu voluntad
Embriagado de poder que la masa le otorgó su agresividad se desborda sin sentir
No se para a meditar que se puede provocar la avalancha que hoy sería trágica.
El grado de su pasión Depende del marcador, Oh rey fútbol mi señor concede el ansiado gol
Es tan feliz al compartir ese momento
(Solo)
Por fin la ofrenda se consumó El mundo es un gran balón, entrando hasta la res Por fin llegó la tranquilidad Los héroes saludan ya a un campo puesto en pie.
Piensa que es un gladiador que en combate intemporal puede ser capaz de morir o de matar No termina su misión cuando pitan el final porque siempre habrá un torneo más
Vuelve a casa el gladiador y se acuesta sin cenar el domingo irá a una nueva lid.