Desde que vi tus ojos, morena los días para mi han sido, poemas porque con tu mirada las huellas de penas que azotaban mi alma se fugaron cual nube viajera que murió en la tempestad y nacieron mis coplas sinceras como de las tormentas las aguas que nacen cristalinas y tiernas radiantes de inmensidad. Con mi ilusión viviré, morena porque tus ojos dan vida eterna. Tal vez dirás, al verme aquí cantando tu serenata que no es así, que no es verdad que esas son cosas que pasan pero te adoro, no es un capricho, no es un capricho, si nace del alma. Antes era el peregrino sin tierra y encontré mi amor, me quedo, me quedo no se oirá jamás, muy lejos, tan lejos un triste aletear de ave pasajera que va sin cesar por el ancho cielo quisiera embriagar, mi amor con tus besos y hacerte sentir pasión verdadera y escuches de mi te quiero, te quiero morena. Si pura es tu sonrisa, morena como será tu llanto, tus penas si sufre el más bello de los seres añorando sus viejos quereres serían sus lágrimas cual centellas que al cielo irían con su luz porque entre soles de amaneceres porque entre nubes de atardeceres y de anocheceres entre estrellas mucho más bella eres tu. Yo quiero tener el privilegio del exquisito candor de tus besos. Tal vez dirás, al verme aquí... Anoche tuve el más hermoso sueño caminabas tu muy triste entre rosas yo te supliqué déjame ser dueño de tu suspirar, tus suaves cabellos cascada de luz, que irradia luceros y yo te juré mi idilio es eterno y como un milagro cayó el silencio y escuche tu voz, diciendo te quiero, te quiero.