MĂĄs allĂĄ de donde aĂșn se esconde la vida, queda un reino, queda cultivar como un rey su agonĂa, hacer florecer como un reino la sucia flor de la agonĂa: yo que todo lo prostituĂ, aĂșn puedo prostituir mi muerte y hacer de mi cadĂĄver el Ășltimo poema.