Me quise creer algunas promesas que hablaban de cosas que habĂa que cambiar; la fe, que era escasa, apenas tuvo tiempo de acercarse a algĂșn altar. Cambiaron las cosas pero al contrario, siguiendo las reglas del juego malabar; salieron de la chistera gatos rosas, grises, malvas, a cazar al primer ratĂłn dispuesto a hablar.