No me toques, no me abraces, muñequita. No me beses, no me beses, te lo pido. Mi cariño sepultado en el olvido ya no quiere tus caricias como ayer. Yo pretendo un nuevo amor en cada día y a la falsa promesa engañadora olvidar y querer a cada hora, pero nunca jamás podré querer.
Porque en mi afán de venganza veo en todas a la impura, mujer ingrata y perjura que robó mi corazón. Por eso que a las mujeres que el amor pone en mi paso les pago por cada abrazo con un beso de traición.
Yo si un día fui tu esclavo y fui tu dueño y te dije que te amaba ciegamente, fueron frases que brotaron solamente bajo el fuego de un momento de pasión. A otras tantas muñequitas amé lo mismo y después las olvidé, te lo confieso, no me pidas que te bese, que mi beso es un beso de perfidia y de traición.