San Benito de Palermo, por la Virgen y el Señor, pedile a Don Juan Manuel que me salve de este horror. San Benito de Palermo, ayudame por favor, que ya me llevan para el banquillo a los redobles del tambor.
¡Ya están, Señor!, de frente los Mazorqueros que me van a fusilar. ¿Vendrá mi amor, a darme el adiós postrero en mi triste agonizar?
San Benito de Palermo ya no tengo salvación, se oye el toque del clarín y está listo el pelotón. San Benito de Palermo muero por la libertad, y ya que nadie escuchó mi ruego, que me fusilen sin piedad.