Sentado sobre una piedra de la calle Soledad, sentado como si fuera el "Pensador de Rodin" Esta es la historia de un niño que se detuvo a soñar que sueña con ver un día que no acaba de llegar.
Pero sabe que hay otros que sueñan igual, porque tal vez un día ese maldito sueño se puede volver real.
Los viejos pasan y rien viendo al muchacho soñar no es que ya nadie confíe, pero es difícil confiar. El joven mira hacia el cielo y mientras en la ciudad, la gente vive con miedo, con miedo para esperar.
Pero sabe que hay otros que sueñan igual, porque tal vez un día ese maldito sueño se puede volver real.
Yo tengo un reloj de arena para medir mi dolor, cada segundo es la pena que va cayendo en mi corazón. Y aunque no me hago ilusiones, algo tendrá que cambiar aunque yo sueñe canciones y otros prefieran callar.
Pero sé que hay otros que sueñan igual, porque tal vez un día ese maldito sueño se puede volver real.
Sentado sobre una piedra de la calle Soledad, sentado como si fuera el "Pensador de Rodin". Esta es la historia de un niño que envejeció de soñar, y sigue esperando un día que no acaba de llegar de llegar.