De dos con un pasado borracho de pecado, y heridos por la ortiga del beso que fatiga, desesperado...
Amor en remolino. Burbujas en el vino y un agitar sin paz subiendo más y más, y más y más, y luego descender y pretender que Dios -¡tan sólo Dios! nos llene de perdón dejándonos querer con un amor ladrón que nadie ha de entender.
Nos lleva el remolino, tormenta sin destino...
Sin dar un paso atrás, ¿qué importa lo demás?
Ya sé que es un delito la dicha que se roba. Lo sé, mas necesito tenerte en esta alcoba. Te necesito.
Amor en remolino. Burbujas en el vino y un agitar sin paz subiendo más y más...