Con tu sed de noche oscura fue locura la aventura... Y en los hilos de la red de un beso fuimos eso que el amor apura... Saltarín de mi aventura al confín de tu pared...
La pared fue un montón de almidón en el terco pretender detener la pasión con un cerco... Dos gorriones en las azoteas... Polizones de las chimeneas... La pared, vencido por la audacia genial de aquella gracia del tiempo adolescente... La pared... que nunca viste pero que vuelve a ser, más que ayer, sombra triste del hechizo que no quiso que un querer la derrotara. Nos separa la pared...
(recitado) Son tan altos los muros de aquel amor lejano que ya nunca podré vencer a esa pared...