Soy el criollo mayoral, que va, que va tocando en la vía, tará rarí, su cornetín de alegría, que da la señal de que ya viene el tranvía. Cuidado, moza, cuidado, que primero hay que parar. Adelante no hay lugar, siéntese en el acoplado.
Y yo soy el motorman, talán talán, que lleva de Once a Lorea con seguridad, para que el público vea lo que puede dar la electricidad. Al bajar del artefato no me haga ningún pastel, compadre, no pise el riel, le puede venir contato.
El corazón cinchado va en el pecho, como el frisón que tira en el repecho. Y si el amor lo llama de un zaguán también el motorman, que es don Juan y es derecho, frenando dirá: Agarrate sentimiento, que aquí yo soy el que manda. Si no te alcanza el asiento, afirmate en la baranda.
Y si un un percal vichamos, en seco frenamos y hacemos betún. Porque en cuestión de mozas, primero las cosas del carancanfún. Porque en cuestión de mozas, primero las cosas del carancanfún.