La musa mistonga de los arrabales, La mistonga musa del raro lenguaje Que abrevó en las aguas de los madrigales Y al llegar al pueblo se tornó salvaje, La que nada sabe de abates troveros Que hilvanaron dulces endechas de amores Pero que, por boca de sus cancioneros, Conoce la vida de sus payadores.
La que nada sabe de los caballeros De acción en las lides de los cintarazos, Pero sabe casos de jugarse enteros Un par de malevos a prueba de hachazos; Que ignora la gloria de un día vivido Bajo la fragante fronda de versalles, Pero sale alegre cuando ha anochecido A ver los muchachos jugar por las calles.
A ver cómo pasan felices parejas Y se torna alegre la cara del ciego Si escucha que hilvana sus canciones viejas El buen organito que mentó carriego; Que ignora la cuita de la princesita Que pecó indiscreta con el rubio paje, Pero que se apena porque milonguita Ha dado un mal paso y llora su ultraje.
Que no se ha enterado que en una pavana Se lucieron reyes de blasón y rango... Su amigo, el malevo, hace filigranas En el duro piso y al compás de un tango; Al compás de un tango donde abreva ahora, Para literarios implacables males, En la suburbana paz evocadora, La musa mistonga de los arrabales.