Perdoná si al campanearte luciendo como al descuido el caché de ese vestido de lujo que aura gastás quedé diciendo pavadas y sin poner disimulo te batí como un chitrulo: "¿Sos vos? ¡Qué cambiada estás!"
Pero ponete en mi caso y batímelo a mí solo si no es pa' volverse colo pensando cómo has cambiao: puro retoque en las cejas, ojeras a la violeta, las uñas a la shusheta y la trompa al colorao.
Las pilchas que un día en el barrio usaste tal vez las tiraste en algún rincón en fija has tirado tus llantos y quejas como pilchas viejas de tu corazón.
La risa del barrio, el sol del suburbio, la bronca, el disturbio en el callejón... Y tal vez tiraste los buenos consejos de tus pobres viejos y mi admiración...
Perdoná si en el recuerdo te traigo un poco de pena: es que revivo en la escena lo que fuiste y lo que sos. Yo sigo siendo el de siempre, de gorra y de zapatillas, no he entrao con los cajetillas y sigue aquí el corazón...
A vos la suerte te ayuda, está por tu bien cambiada. Pero... ¿no me batís nada? ¿no querés que te haga el tren?... Te avergonzará sin duda verte conmigo a tu lado. Es verdad... yo no he cambiado. Adiós... Que te vaya bien...