Una pava silva sin parar, en una casa vieja y una radio que no para de hablar, fotos de otros tiempos. Y en una silla desvensijada, alguien soñaba que no murio, era un viejo y sus ojos de niño, que se inundaban del mar y de Dios, y sus manos abrazan el aire, era un viejo, sus ojos y yo.
Era una casa discreta, como de otra vida, con huellas de haber querido, con señas de ser querida, y en una cuna despatarrada, dormia un niño sin comprender no sabia de pobreza ni de hambre, riqueza es madre y comida tambien y sus sueños endulzan el aire, era un niño, los sueños y yo.
En otra historia como esta, de amor y misterio, a veces de carcajada, a veces tan cementerio, y una guitarra que acompañaba, y alguien cantaba por no morir. Era un hombre y su sangre con alas, que no sabia volar sin partir, y sus manos acariciando el aire, era un hombre, sus manos y yo.
Era un niño, los sueños y yo, era un hombre, mis manos y yo, era un viejo tus ojos y yo.