Cleto "el fufuy"sus ojitos cerró, todo el equipo al morir entregó; cayendo el muerto, soltando el llanto… -¡voy! Ni que fuera para tanto-, dijo a la viuda el doitor.
De un coraje se le enfrió, qué poco aguante; lo sacaron con los tenis pa´ delante; los ataques que Luchita, su mujer, había ensayado, esa noche como actriz de gran cartel la consagraron.
Cuando vivía el infeliz, ¡ya que se muera!, y hoy que ya está en el veliz, ¡qué bueno era! Sin embargo se veló y el rosario se rezó y una voz en el silencio interrumpió: -ya pasa la botella, no te quedes con ella.
Y la botella tuvo el final de Cleto: murió…murió…murió. Yo creo que adrede este Cleto se enfrió pues lo que debe jamás lo pagó; tipo malaje, no fue tan guaje: con lo caro que está todo, regalado le salió.
El velorio fue un relajo, ¡pura vida!; la peluca y el café fue con bebida; y empezaron con los cuentos de color para ir pasando y acabaron con que Cleto ya se andaba chamuscando.
Se pusieron a jugar a la baraja y la viuda en un albur… ¡perdió la caja!; y después, por reponer, hasta el muerto fue a perder y el velorio se acabó, ¡hombre, no hay que ser!
Tengo en mi casa a Cleto y ahora… ¿dónde lo meto? Pero como ya dijo Luz, su señora: -murió…murió…murió.