Ana en un tren, cada mañana a sus dieciséis. Sueña con él mientras repasa la última vez.
Sergio en un bloc, sonríe y no se tiene en pie. Y entre los dos hay mil kilómetros de fé.
Ana al azar, busca un segundo de pasión. Sergio al final, sabe que el cielo no espera hoy.
Y en el rincón donde las sombras se enamoran, un corazón se ha roto en brazos de una ola.
Y en el reloj, donde los sueños se abandonan, hay un amor que aun resiste boca a boca.
Ana en un tren, cada mañana piensa en él. Ansia y café, labios de niña hecha mujer.
Sergio se fue, sin tiempo de decir adiós. Flor de papel en un andén de la estación.
Y en el rincón donde las sombras se enamoran, un corazón se ha roto en brazos de una ola.
Y en el reloj, donde los sueños se abandonan, hay un amor que aun resiste boca a boca.
Frente al espejo como si aún le fuera a ver, amor eterno con mil estrellas en su piel. Y en el rincón donde las sombras se enamoran, un corazón se ha roto en brazos de una ola.
Y en el reloj, donde los sueños se abandonan, hay un amor que aun resiste boca a boca.
Ana en un tren, Sergio se fue. Ana en un tren, Sergio se fue.