El padre a mĂ no me quiere. Dice que soy un muerto de hambre. Quiere mejor al otro que es el rey de los galanes, que ronda el cortijo a caballo. Tiene muchas tierras y muncho ganao. Amigo del cura y del alcalde y hasta el rĂo pasa cerca de su sembrao.
Aunque el padre me eche los perros y me busque con la escopeta sus ojos me han dicho que ella es pa mĂ. Mis ojos le han dicho que yo soy pa ella. Porque una noche de luna llena nos prometimos los dos en la era y estuvimos cenando calostros con canela y asando papas en la candela.