Anoche tu y yo jugamos a ese juego en el que tú, siempre sales vencedora. Me enseñaste mil sonrisas bajo un techo de estrellas, el de tu habitación. Las canciones de Bob Dylan, las de Lole y Manuel, me hacen hasta daño y con ellas me torturo, hasta que el alma, me dice: ¡Basta ya! Mejor hazte sangre, ¡Basta ya! Mejor pasar hambre. Todo pruebo con tal de alargar mis noches y por más que quiera, siempre llega el alba y amanece que no es poco, vuelta al infierno.
Hoy ya ves, estoy llorando en el mismo rincón, donde vengo a vomitar cada noche que mi cuerpo, me dice: ¡Basta ya! Y mejor te escondes, ¡Basta ya! Tú ya sabes donde. Ves corriendo a donde el alba no te queme, ves soñando y olvida que mientras tanto, amanece que no es poco, vuelta al infierno.
¡Basta ya! No tienes remedio, ¡Basta ya! Y echa un ojo al cielo. Amanece que no es poco, vuelta al infierno. Amanece que no es poco, seguir fingiendo. Amanece que no es poco, vuelta al infierno