Una noche fue nuestra enteramente, de sol a sol, sin prisa, sin medida. Fue la primera y Ăşltima y primera. Una mezcla de encuentro y despedida.
Principio y fin de todo, darse cuenta, que uno está construyendo su recuerdo. Y no importarnos ya, que nada importa, en las horas que van de medianoche al sueño.
¡No! No mires el reloj que ya no hay tiempo. Y si te duelen las palabras, ¡cállate! Vivamos el momento, beso a beso, que afuera ya comienza a amanecer.
¡SĂ! Si el beso que te di no tiene precio, ya no dirás, que ningĂşn precio te pedĂ. Vivido este momento, beso a beso, salgamos, que amanece ya otra vez.