Entonces, playa y sol, arena y viento, la mirada del milagro y el verano del amor. Entonces, cada noche fue una aurora, cada aurora una caricia, cada beso una canción. Entonces, en un tiempo que me duele fuimos dos pero tan juntos que sobraba un corazón.
Después, no se si fue la vida o fuiste vos. Total, ahora ya no importa más quién fue. Después, después no hubo verano, ni habrá después la discusión trajo el revés. Vino una ola y se llevó, como un barquito de papel, nuestro romance que no fue.
Lo nuestro fue una llama abrasadora, una sed devoradora imposible de apagar. Creímos que la vida no valía ni la pena de vivirla sin poderse acariciar. Y entonces, castillito sobre arena, de una ola, ¡cuánta pena!, el amor se derrumbó.