Tengo tanto que hablarte, que no hay palabras para decirte todo lo que yo quiero. Es que uno tiene sueños y los comparte, con esperanzas, tímidamente.
¡No! ¿Por qué lloras? Si no hay motivo alguno. Ves que fácil es, ya nos ponemos tristes. ¡Sólo una vez más! Con la sonrisa limpia, quiero recordarte, secreta y mía.
¡No! No llores más, nos queda poco tiempo. Y hay que aprovechar cada segundo, aún. Nos vamos, pero tristemente, tiernamente, como se va el amor.