La luna del charquito se te enreda como un bichito de luz entre los cascos. Mi malacara sueña, ¡no te apures!, que llegar por llegar, lo mismo da.
Hace tiempo, cuando todo era mas joven, trotábamos juntitos, mi malacara y yo. Pero habĂa, tras la loma, una esperanza y dos trenzas y un amor para los dos.
Ahora ya no hay nada, malacara y es inĂştil que apures tu trotar. Un rancho con estrellas en la puerta es el cielo que te espera al regresar.
Hace tiempo, cuando todo era mas joven, trotábamos juntitos, mi malacara y yo. Pero no habĂa, tras la loma, una esperanza y dos trenzas y un amor para los dos.