Cuando quise, en la vida, Confiado, sólo una vez, La mujer de mis sueños Fue traidora después... Aquellas manos tan cálidas Ocultaban el puñal Que mató, cuando apenas germinó, Mi fe sentimental.
Hoy he encontrado a la impía En un baile, enmascarada; La delató su mirada Y una farsa combiné. Fingí no reconocerla, Fui galante y ocurrente, Y luego, en palabra ardiente, Honda pasión declaré. Al creer conquistada Mi amorosa locura, De su triunfo segura Su antifaz se sacó. Al mirarle a los ojos Recordé emocionado La traición del pasado Y le dije con rencor...
"para qué me has mostrado Tu cara sin antifaz, Si de hacerme tu esclavo No es tu cara capaz... En ella, risas o lágrimas, No dicen nunca verdad. ¡si sabré que tu imagen viva y fiel También es antifaz!..."