Vos fuiste la graciosa y humilde costurera Que en locas primaveras el barrio engalanó. Tus ojos picarescos prendaron a los mozos Y en versos cariñosos carriego te cantó. Tus manos primorosas tejieron los encajes De muchos ricos trajes que no eran para vos Y el hilo entre tus dedos, la telaraña hacía De ensueños y fantasías que tu alma aprisionó.
Hasta tu oído llegó un acento Como un lamento pidiendo amor, Te habló del hijo que vos soñaste Y le entregaste el corazón. Y algunas veces vieras la pena Que el barrio llena pues, sin querer; Si entre las charlas alguien te nombra, Pasa la sombra del buen ayer.
Hoy sos una de tantas que por la vida rueda, Tus risas y tus sedas cual piedras falsas van Desparramando, audaces, un brillo que fascina En noches de morfina de poker y champán. Mintió el acento dulce que vino a hablar de amores, Ahogaron sus ardores las horas de pasión Y aquellos ricos trajes que tu ambición han sido De harapos han vestido tu pobre corazón...
La fiesta ríe y el tango deja sonar Su queja sobre el placer Y cerca escucha tantas mentiras Mientras suspiras quien sabe qué. Nadie entre el vuelo de mil locuras Tus amarguras descubrirá... Yo sé qué dicen tus ojos tristes Ser lo que fuiste ya no podrás...