Todo el mundo sabe que es difĂcil encontrar en la vida un lugar donde el tiempo pasa cadencioso y sin pensar y el dolor es fugaz. A la ribera del Duero existe una ciudad si no sabes el sendero escucha esto:
Lentamente caen las hojas secas al pasar y el Cierzo empieza a hablar. En una tibia mañana el sol asoma ya no llega a calentar. Cuando divises el monte de las Ănimas no lo mires, sobreponte y sigue el caminar.