La culpa fue del Cha-cha-chá que tú me invitaste a bailar Embistiendo a mi capote yo me asomaba al balcón de tu escote
La culpa fue del Cha-cha-chá sà fue del Cha-cha-chá que me volvió un caradura por la más pura casualidad
Salimos por la puerta del night club cogidos de la mano para celebrar el triunfo verdadero del arte torero y del cha-cha-chá que nos unió para siempre sentimentalmente por casualidad