Imágenes, se funden lentamente ante mis ojos; imágenes, cortometrajes sólo de escenas amargas; imágenes, de un drama antiguo todavía vivo en el nuevo milenio.
Prosperidad, del Occidente que engorda a los glotones; prosperidad, frío espejismo en las dunas siempre secas; y austeridad para los pobres de este mundo injusto que viven de migajas.
Tú que ahora miras este engranaje que ya se oxid¢, nos vuelves a decir: "tenéis que amar, tenéis que amar, como lo hice yo".
Metrópolis, grandes viveros en América Latina; metrópolis, de rascacielos, catedrales del consumo; metrópolis, vivero humano de lata y cartón, corona de miseria.
Tú que ahora miras este engranaje que ya se oxidó, nos vuelves a decir: "tenéis que amar, tenéis que amar", Tu recompones este rompecabezas que no va, nos vuelves a decir: "tenéis que amar, tenéis que amar, como lo hice yo".
Imágenes, se funden lentamente ante mis ojos; imágenes, proyectos de una economía de comunión; imágenes: de una ciudad que nace del amor, "tenéis que amar, tenéis que amar, como lo hice yo".