No pudo ganar el cielo y era una virgen de trenzas negras. Sus labios eran dos fuegos, sus ojos una oración. Se encendía al reir, me quemaba al besar, mi novia era una santa muñequita de cristal. Ruborosa y sutil, como el trébol de olor, así era mi novia y en mis brazos se durmió. Quisimos formar un nido pero el destino nos traicionó.
Novia, palabra breve, tentación que mueves la tierra, el sol. Luna sobre la cuna donde un angel duerme, eso es tu amor. Beso como tus beso lo busqué en cien bocas y no lo hallé. Novia, novia querida, tu corazón maté
Me queman sus ojos negros y escucho el ruego de sus palabras. Si así me enfermó de sueños, ¿Por qué la dejé partir? Se apagó su reir, su cariño no está, qué amor en esta vida su vacío llenará. Lo mejor es morir, esperar ¿Para qué?, si el tiempo y la distancia gritan hoy lo que oculté. No era para mi mundo aquella novia que tanto amé.