No has visto allá en el campo, morir aprisionada bajo tu pie una margarita y alzar el nuevo día, crecer tras de tu paso otra cual sol de mañanita. Lo mismo es mi cariño con el que tu has deshecho, remosaré mi corazón y ya veras como en mi pecho de un rosal que muere brota una flor.
Donde termina un amor otro empieza, dice un proverbio de páginas viejas. Y en nuestro corazón ya verás, todo el ayer florecerá. Si cuatro vidas alcanzarate Dios, en cuatro vidas te amaría y cuando junte en la agonía de este amor mis manos en cruz, no dejaré este mundo si a mis pupilas no cierras tu.