Tras las rejas todos somos culpables de falta de libertad. los paganos me llaman blasfemo porque miro a los ojos al sol. En la tierra, sin tierra antigua, ajeno a toda religión. En el bosque gritan aves salvajes y vuelan los más bellos insectos. Del arroyo surgen voces fantasmas que susurran: Libérate, Libérate aunque algo tenga que morir
Por la autopista corren coches veloces que van hacia la libertad, pero yo, encerrado aquí, sólo los veo pasar
En un mar que recuerdo remoto viven olas que quiero ver... y frente a los acantilados están gritando: Libérate, Libérate aunque algo tenga que morir
La lujuria fue feliz en mis brazos y aparqué su sonrisa en mi boca. Una luna lejana y cornuda está brillando hasta hacerme aullar En el pecho deseos feroces que me gritan: Libérate, Libérate, aunque algo tenga que morir
A ti quien quieras que seas, estés donde quiera que estés, a veces puedo mirarme en ti como si mirase un espejo; tu vives tras tus rejas, yo miro tras las mías; tras las rejas todos somos culpables de falta de libertad. ¡Libérate!