¡Que vivan los estudiantes, jardín de las alegrías! Son aves que no se asustan de animal ni policía, y no le asustan las balas ni el ladrar de la jauría. Caramba y zamba la cosa, ¡que viva la astronomía!
¡Que vivan los estudiantes que rugen como los vientos cuando les meten al oído sotanas o regimientos. Pajarillos libertarios, igual que los elementos. Caramba y zamba la cosa ¡vivan los experimentos!
Me gustan los estudiantes porque son la levadura del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura, para la boca del pobre que come con amargura. Caramba y zamba la cosa ¡viva la literatura!
Me gustan los estudiantes porque levantan el pecho cuando le dicen harina sabiéndose que es afrecho, y no hacen el sordomudo cuando se presenta el hecho. Caramba y zamba la cosa ¡el código del derecho!
Me gustan los estudiantes que marchan sobre la ruina. Con las banderas en alto va toda la estudiantina: son químicos y doctores, cirujanos y dentistas. Caramba y zamba la cosa ¡vivan los especialistas!
Me gustan los estudiantes que van al laboratorio, descubren lo que se esconde adentro del confesorio. Ya tienen un gran carrito que llegó hasta el Purgatorio Caramba y zamba la cosa ¡los libros explicatorios!
Me gustan los estudiantes que con muy clara elocuencia a la bolsa negra sacra le bajó las indulgencias. Porque, ¿hasta cuándo nos dura señores, la penitencia? Caramba y zamba la cosa ¡Qué viva toda la ciencia!