Un torito de locura va corriendo por mis venas, el torito de Miura de un querer que me envenena. Yo no se si darle muerte, virgen morena del Baratillo, o quedarme con mi suerte y que me claven siete cuchillos, y sin juez ni tribunales a morir, yo me sentencio, con mis duquitas mortales, en una cruz de silencio.
Silencio, cariño mío, no te escapes de mi boca. Escondete en mis sentidos aunque yo me vuelva loca. Silencio para el te quiero de mi boca cuando cante. Silencio para el me muero por los ojos de mi amante. Entierra tu ventolera en el paso del olvido y por lo que tu mas quieras, silencio, cariño mío.
Yo se bien que tu me tienes en los ojos noche y día. Yo te llevo entre las sienes para los restos de mi vida. Voy bordando en seda fina, un pañolito de mil colores, con tu nombre en cada esquina, como si fueran ramos de flores. Y por no causar un daño, a morir yo me sentencio, y a verte como a un extraño desde mi cruz de silencio