Allí, donde quiero volver, tantas cosas se quedaron. ¿A dónde he ido a parar? ¿En qué isla he naufragado? Allí corría tras una falda que huía despavorida. ¿Qué habrá sido de esa niña? Me recuerdo todavía siguiendo sus pasos atento, escondiéndome en lo oscuro de un rincón deshabitado. Allí quisiera volver a menudo.
Allí había un universo y una cárcel de juguete. "Señor Serrano: a la pizarra". "¿Señor serrano?". "¡Presente!". Allí aprendí a vivir, y también a recitar con poco rigor el pretérito imperfecto del verbo amar.
Había uno que sabía, y en casi todos los recreos, de anatomía femenina desvelaba los misterios Y al final liberación, desatada infantil jauría. Padres cambiando los cromos, palulú 'pal niño y la niña.
Y la niña.
Allí me dejé olvidadas mis chapas en algún charco. Ya no recuerdo cuantas cosas allí he olvidado. Allí crecían por las noches horrorosos monstruos fantasmas, más dulces que los que ahora por las noches nos asaltan.
Si pudiera volver allí, ay, si pudiera. Si ya no reconozco ni el barrio, lo devoró la hormigonera. Allí soñaba cada día escapar por la ventana y andar de teja en teja por los tejados que se veían desde mi casa.
Allí recuerdo, las ventanas eran más pequeñas. Ahora son grandes, enormes, y apenas miro por ellas.