Duerme mi cielo, mi niño eterno, dueño del mundo, mi corazón. Despertarás y habrá acabado la larga noche y su terror. Vendrá la luz y el amanecer posará en tus labios la esperanza que sueñan los pueblos originarios.
Sueña Pichiche 1, con las praderas donde el manzano ya floreció, en esa tierra en que el huinca 2 aprende nuestros amores, los que olvidó. Él allí comprenderá que tu gente quiera romper las alambradas que cierran la ruta a Peumayen 3.
Duerme, mi pequeño, que en el país al que vas dormido escriben la verdadera historia los vencidos No temas despertarte, que la luz que se cuela por el tamiz de tus sueños alumbra esta noche y limpia el cielo del mundo. Duérmete y que vuestro sueño custodie el futuro.
Duerme mi wawa 4, la Pachamama 5 besa tu frente y en su interior guarda su oro negro y volátil, para ofrecértelo a ti, mi amor. Duerme que un sueño nos salvará de tanto olvido, y espantará al águila que acecha al puma herido.
Dulce paal 6, duerme tranquilo, que aquí a la selva no llegarán el monstruo con dientes de acero, rencor y escamas y su ley marcial, que a la tarde llegó un mensajero con pasamontañas diciendo que traerá música y flores por la mañana.
Duerme, mi pequeño, que en el país al que vas dormido escriben la verdadera historia los vencidos No temas despertarte, que la luz que se cuela por el tamiz de tus sueños alumbra esta noche y limpia el cielo del mundo. Duérmete y que vuestro sueño custodie el futuro.
1.- Pichiche: Niño en mapuche (indígenas del cono sur).
2.- Huinca: Hombre blanco en mapuche (aunque originariamente era un término para denominar a los ladrones de ganado).