Vertigo
Recibiré postales del extranjero,
tiernas y ajadas, besos, recuerdos.
¿Cómo están todos? Te echo de menos.
CĂłmo pasa el tiempo...
Seremos otros, seremos más viejos,
y cuando por fin me observe en tu espejo,
espero al menos que me reconozca,
me recuerde al que soy ahora.
Aquellas manos, aquella mujer,
aquel invierno no paraba de llover,
perdona que llegue tan tarde,
espero saber compensarte.
Estás tan bonita, te invito a un café,
la tarde es nuestra, desnĂşdame.
Tras el relámpago te decĂa: "Siempre
recogeré flores en tu vientre".
Otro hombre dormirá contigo
y dará nombre a todos tus hijos.
Ven, acĂ©rcate a mĂ,
deja que te vea,
que otras primaveras
te han de llevar muy lejos de mĂ.
VĂ©rtigo, que el mundo pare,
que corto se me hace el viaje.
¿Me escucharás, me buscarás,
cuando me pierda
y no señale el norte
la estrella polar?
Las frĂas mañanas en la facultad,
tĂş casi siempre huĂas conmigo al bar,
y me enfadaba si preferĂas
el aula a mi compañĂa.
Sobre la mesa botellas vacĂas,
qué sano es arrancarte esa risa,
y ahora cambiemos el mundo, amigo,
que tĂş ya has cambiado el mĂo.
¿Qué haré cuando te busque en la clase,
y mi eco me responda al llamarte?
Otros vendrán y me dirán
que te marchaste,
que te cansaste
ya de esperar.
VĂ©rtigo, que el mundo pare,
que corto se me hace el viaje.
¿Me escucharás, me buscarás,
cuando me pierda
y no señale el norte
la estrella polar?
Y la ronquera, los traicioneros nervios,
que me atacaban antes de cada concierto,
viejas canciones, antiguos versos,
que espero retenga algĂşn eco.
Y en el futuro espero, compañero, hermanos,
ser un buen tipo, no traicionaros.
Que el vértigo pase y que en vuestras ventanas
luzca el sol cada mañana.
Pero basta de lamentos,
brindemos, es el momento,
que estamos todos
y no falta casi nadie,
que hay que apurar
la noche que acaba de empezar.
VĂ©rtigo, que el mundo pare,
que corto se me hace el viaje.
¿Me escucharás, me buscarás,
cuando me pierda
y no señale el norte
la estrella polar?