Volviste una tarde, después de 113 noches sin volver, y en el contestador, amaneció tu voz de reina, con la cola entre las piernas...
Tus mentiras visten patas largas, siempre vas primera en el triathlón, de los “te quiero” rancios, la dulzura a reglamento, y labios de Judas en baby doll...
Por lo que más quieras, no mendigues otra vuelta, que los milagros no nos tienen muchas ganas... Y no me expliques nada, no me extrañes por la espalda, la propina la dejo yo...
Me dijiste, “siempre estoy de paso pero puedo hacer una excepción…”, Y yo crucé los dedos, antes de cruzar tus besos, y desabrocharme el corazón...
Pero piden pista los rencores, y asoma el hocico la piedad, Va a haber que hacer el bolso, lagrimear, seguir el corso, y después vestirnos de olvidar...
Por lo que más quieras, no mendigues otra vuelta, que los milagros no nos tienen muchas ganas... No me jures nada, no me quieras por la espalda, que a este muerto yo lo entierro...
Por lo que más quieras, no mendigues otra vuelta, que los milagros se nos ríen en la cara... No me expliques nada, no me llores por la espalda, la propina la dejo yo...