Quién escribiera diez mil canciones, para explicarte como yo sé las madrugadas que se me esconden en los acordes que no encontré. Mudos sonidos, vagos recuerdos, deja esta noche la soledad, torpes caricias rondan mi sueño, silencios rotos en tu mirar. Quién estuviera junto a tu cuerpo en cada instante de esta ansiedad que me recorre, marca mis huesos con las razones que tú me das.... que tú me das
Quién recitara cien mil poemas con las palabras que no te oí, y venerarlos mientras me queman entre los labios, hoy ya sin ti.
Maldita noche de pesadilla, cierro el recuerdo, la solución, abro la puerta, voy de puntillas entre las notas de tu canción. Quién estuviera junto a tus ojos cuando los abres y ves la luz, para cegarse y volverse loco, por ver si acaso me curas tú..... me curas tú.
Quién redactara miles de cartas para contarte como me va desde aquel día que tú me faltas, por ver si le escribo un final.
Canciones nuevas, viejas palabras, nacen de mí cada anochecer, viendo las horas como se pasan, buscando en el recuerdo tu piel.
Quién estuviera mil veces muerto, para olvidarse y no pensar, sentirse libre, romper el cerco que me acorrala cuando no estás.... cuando no estás.