En el tumulto de los húsares de Momo encandilado por las luces de otro barrio Aquel murguista saludandocon su gorro se despedía como siempre del tablado
Entre la nube de pintados chiquilines vio la sonrisa que enviaba una princesa Entre los rostros de mezclados colorines Dudó si era para él la gentileza
Y por si acaso dedicó una reverencia a la muchacha que en la noche se quedaba En el momento de partir la bañadera volando un beso se posaba en su ventana
Y paso a paso la ansiedad lo malhería quedaba poco del noctueno itinerario Uno tras otro los cuplés se sucedían Se retiraban del último escenario
Tiró el disfraz en el respaldo del asiento Borró los restos de pintura con su mano Volando un tacho lo llevaba contra el viento La vio justito a la salida del tablado
\"Cómo te va\", dijo el murguista a la muchacha Que lo cortó con su mirada indiferente Le dijo \"Bien\" y lo dejó como si nada Nuevamente ... La princesa ... Se perdía entre la gente
Que no se apague nunca el eco de los bombos Que no se lleven los muñecos del tablado Quiero vivir en el reinado del Dios Momo Quiero ser húsar de su ejército endiablado
Que no se apaguen las bombitas amarillas Que no se vaya nunca más la retirada Quiero cantarle una canción a Colombina Quiero llevarme su sonrisa dibujada